Cómo vencer la tentación en un mundo lleno de placer

Los placeres, cuando se exceden de un cierto límite, se convierten en castigos. Esto lo dijo Marco Aurelio.

Es un hecho que no solo nos han educado para sucumbir al placer, sino que también estamos programados genéticamente para ello. Por eso, el objetivo de este podcast es ayudarte a vencer el placer, mediante algunos trucos estoicos.

Te hablaré de la importancia de tener autocontrol en nuestras vidas. Y la práctica estoica por excelencia que todo hedonista odiaría: la práctica de la incomodidad voluntaria.

El cerebro suele asociar palabras con imágenes o conceptos.

Si te digo "dulce", tú puedes pensar en chocolate. 

Si te digo "fiesta", tú puedes pensar en amigos. 

Si te digo "coche", tú puedes pensar en velocidad.

Si te digo "placer", ¿en qué piensas? ¿En estoicismo? Seguramente te dirás: "¿Estoicismo? ¿Pero qué me estás diciendo? ¿El estoicismo es una patraña aburrida y basada en la rectitud?"

El hecho de que el estoicismo no se centre en la búsqueda del placer no significa que lo rechace.



La principal diferencia entre el estoicismo y el hedonismo es que el estoicismo se centra en buscar la felicidad siendo lo más independientes posible. Para los estoicos, la única manera de alcanzar la excelencia es evitando caer esclavos de cosas que no podemos controlar.

Un estoico no buscará el placer porque no depende de él, pero tampoco lo rechazará. No cree en teorías prohibitivas.

Entonces, la pregunta clave es: ¿Por qué nos sentimos tan atraídos hacia el placer?

Nos sentimos atraídos hacia el placer porque nos proporciona satisfacción inmediata, lo que nos hace sentir bien a corto plazo.

Como dijo Séneca:

''La naturaleza ha unido el placer a lo necesario para que nos resulten atractivas las cosas que necesitamos''.

La verdad es que nuestra atracción al placer no es nada más que la consecuencia evolutiva de nuestra especie, pero mal llevada. En el pasado, los placeres nos salvaban la vida.

Evolutivamente, nuestro objetivo es preservar la especie. Para ello, necesitamos proteger la vida, tanto la nuestra como la de nuestros congéneres. Para sobrevivir, necesitamos satisfacer necesidades básicas como la comida y el calor.

En el pasado, la mayor parte del tiempo pasábamos necesidad. Por eso, el simple acto de comer, incluso si era carne de animal muerto, era todo un placer para los sentidos. 

Entonces, ¿qué pasa en la actualidad? Pues lo que antes eran placeres esporádicos que costaban esfuerzo, ahora son placeres diarios que no cuestan apenas trabajo. Y esto desvirtúa el origen y el sentido del placer.

Vivimos en una espiral de placer autodestructiva que solo nos lleva a desear más y más, y nunca a estar satisfechos, a esto se le llama adaptación hedónica. 

Por ejemplo: 

Supongamos que vemos a nuestro tío anda en bicicleta, que va tranquilo y de repente se le mete un palo en la rueda y se cae.

Pues ese palo es el estoicismo. Y no es ofensivo, sino la solución para salir de ese bucle nocivo, que no nos lleva a ninguna parte.  

Si no vivimos en piloto automático, nos daremos cuenta de que en nuestro día a día hay muchos hábitos y acciones que nos roban energía y nos alejan de lo importante. La solución es identificar y eliminar todo lo que nos separa de nuestros objetivos.

A diario, nos enfrentamos a muchas situaciones que nos pueden alejar de nuestros objetivos. Estas situaciones pueden hacer que perdamos el foco de lo importante.

Por ejemplo:

Cuando nos ofrecen una cerveza, podemos caer en la tentación de tomar más de la cuenta y perder el control.

Todos los días nos enfrentamos a situaciones en las que podemos perder el control.

Los estudiantes pueden perder el enfoque de sus estudios por ver la televisión.

Cuando no podemos resolver un problema en general, solemos enojarnos y caer en el placer a corto plazo para relajarnos.

Si has caído en alguna de estas situaciones y el autocontrol que conoces no te ayuda, no te preocupes.

El autocontrol es una habilidad que nos diferencia de los animales. Los estoicos creen que el objetivo es mantener la atención en lo importante, evitando que los estímulos externos o placeres nos desvíen del camino y perturben nuestra estabilidad mental.

Cuando hablamos de cosas importantes, nos referimos al éxito laboral o académico, a las relaciones con amigos y familiares, a la salud y la espiritualidad.

Si logramos detectar estos problemas que nos alejan a diario de nuestros objetivos vamos a atajarlo con métodos estoicos. 

la visualización negativa y el autocontrol

El autocontrol y la visualización negativa son dos herramientas cruciales para practicar el estoicismo.

Esta tecnica, que consiste en contemplar situaciones malas que podrian sucederte, para replicarla a nuestra carne.

Visualizar lo negativo que puede pasarte si haces eso que te lleva al placer del momento, imaginar como te estas destruyendo a ti mismo.

Mirate como te desvia de tus objetivos por la autocomplasencia del momento.

Imagina todo lo malo que puedas visualizar.

¿que perderias?, ¿que desatarias ?...

La visualización negativa  nos ayuda a desarrollar el autocontrol. Cuando imaginamos las consecuencias negativas de nuestras acciones, somos más propensos a tomar decisiones acertadas.

Reconocer el valor de las cosas

Cuando sepamos el valor de las cosas, podremos vivir una vida mas plena.

En la actualidad, tenemos acceso a una gran cantidad de alimentos. Sin embargo, si pensamos en las personas que no tienen la misma suerte que nosotros, o si pensamos en nuestros ancestros, nos damos cuenta de que apreciamos mucho menos lo que tenemos.

Por ejemplo, un trozo de pan sería mucho más valioso para alguien que lleva días sin comer que para alguien que acaba de salir de un banquete de comida.

Lo mismo ocurre con otras cosas, como la libertad. La dábamos por hecha, pero la pandemia nos hizo darnos cuenta de lo importante que es.

El estoicismo nos enseña a no dar nada por supuesto. Esto nos ayuda a apreciar lo que tenemos y a evitar caer en la trampa del consumismo.

También nos ayuda a desarrollar el autocontrol. Cuando somos conscientes de que podemos perder algo, somos más propensos a valorarlo y a cuidarlo.

Por supuesto, no hay que llegar al extremo de privarnos de todo lo que nos gusta. Pero sí es importante ser conscientes de que no necesitamos tantas cosas como creemos.

La incomodidad voluntaria 

El teléfono móvil es una herramienta muy útil, pero también puede ser una adicción. ¿Te has planteado alguna vez estar unas horas sin él? 

Es importante recordar que el estoicismo no propone la autoflagelación, sino la práctica del autocontrol con un fin concreto. La virtud está en el equilibrio, ya que tanto el exceso de comodidad como el exceso de incomodidad pueden ser perjudiciales.

La pregunta que nos hacemos es por qué debemos aceptar la incomodidad voluntaria si podemos disfrutar de las comodidades ahora mismo. La respuesta es que la incomodidad voluntaria nos hace más fuertes ante las adversidades. 

Si estamos acostumbrados al placer y la comodidad, experimentar dolor e incomodidad puede traumatizarnos. Pero si nos exponemos a pequeñas dosis de incomodidad, crearemos una inmunidad que nos protegerá de las adversidades mayores.

Séneca decía que el exceso de comodidad nos hace perder la visión de la realidad y nos hace más vulnerables a las adversidades.

Musonio Rufo también creía que la incomodidad voluntaria nos ayuda a desarrollar la valentía y la fortaleza.

Cuando nos acostumbramos a la comodidad, nos volvemos ansiosos por perderla. Pero si nos exponemos a pequeñas dosis de incomodidad, nos volvemos más fuertes y menos propensos a sufrir ansiedad.

Además, la incomodidad nos ayuda a apreciar lo que tenemos. Cuando vivimos en la comodidad, damos por sentado muchas cosas que son importantes. Pero cuando experimentamos la incomodidad, aprendemos a valorarlas más.

Por supuesto, no hay que ir al extremo. La incomodidad voluntaria debe ser moderada. Pero es una herramienta valiosa que nos puede ayudar a vivir una vida más plena y satisfactoria.

En conlusion:

No podemos vivir en un mundo de rosas. La vida es dura y hay que enfrentarla con valor.

Si evitamos las incomodidades, nos volveremos débiles y dependientes.

Una forma de ver las cosas es imaginar que los placeres son como cocodrilos. Si los perseguimos, nos pueden dañar.

El filósofo Diógenes decía que la batalla más importante que cualquier persona tiene que librar es la lucha consigo misma contra sus propios placeres. 

El placer debemos minimizarlo o exterminarlo completamente, y para ello requiere algo que no todo el mundo tiene, y es mucha fuerza de voluntad.

 La voluntad es como un músculo que debe entrenarse para ser fuerte.

Las cosas que al principio nos parecen duras, con la práctica y la costumbre se vuelven normales.

La incomodidad voluntaria debe ser practicada de manera paulatina, empezando por cosas pequeñas.

Epiteto, dijo que la libertad no se logra satisfaciendo deseos, sino eliminándolos.

Entonces, ¿cómo vence la tentación? 

Lo primero y más importante es entender que somos insaciables. Es decir, caer en un placer no nos quita el problema,  después de ese placer, querremos otro y otro y otro. Y caer en esto nos llevará a una espiral infinita e imparable. Así que la mejor solución es cortar por lo sano. Y acuérdate del palo de la bicicleta.

epíteto  decia: 

Si estás a dieta y sientes   gran deseo por una galleta tu mente imagina  que obtendrá mucho placer al comerla Pero la  realidad suele ser distinta el placer desaparece  rápido y solo te queda el remordimiento recordar  esta insaciabilidad natural nos ayudará a  mitigar la tentación el deseo.

Debemos tener un objetivo claro. Si sabemos lo que queremos, será más fácil resistir la tentación.

Valorar lo que tenemos. A menudo, damos por sentado las cosas buenas que tenemos en nuestras vidas.

Centrarse en lo importante. No debemos dejar que las distracciones nos impidan alcanzar nuestros objetivos.

espero que este video haya sido de gran ayuda para ti, gracias a la filosofia estoica podemos librar estas batallas con nosotros mismos.

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